El Trabajo Social en Vivienda se ha venido
caracterizando por contribuir a incrementar la calidad de vida, mejorando las
condiciones sociales de habitabilidad y promoviendo la igualdad de
oportunidades de toda la ciudadanía para acceder a una vivienda digna,
estudiando en el proyecto el asoleamiento para disponer los ambientes de una
manera óptima.
Acerca de la calidad de vida, dichas
dimensiones incluyen: bienestar emocional; relaciones interpersonales;
bienestar material; desarrollo personal; bienestar físico; autodeterminación;
inclusión social; y derechos.
Los
materiales elegidos responden a la disponibilidad en la zona y la factibilidad que
el ladrillo ofrece.
Uno de los factores en la búsqueda de vida
digna es el acceso a la vivienda, pero la satisfacción de esta necesidad ha
generado proyectos de vivienda sin tener en cuenta que es indispensable la
construcción social de ciudadanía y del hábitat; es decir, el disfrute de
espacios de participación, de integración comunitaria y de sentido de
pertenencia a la ciudad.
Desde este punto de vista se estudiaron las
relaciones de la vivienda con los espacios urbanos, la calle y el centro de
manzana.